Acerca del origen del nombre de la localidad existen dos diferentes teorías. Según la primera de ellas, confirmando el valor estratégico de la vega del Júcar en esta zona, se sabe que en una de las dos calzadas romanas que cruzaban sus orillas se encontraba la Sexta Mansión, que fue el origen de Vallislonga o Vallelonga (“Valle Largo”), y finalmente Valdeganga. Las mansiones (mansio) eran dependencias en las calzadas romanas en las que, además de descanso y relevo de los caballos, se ofrecía la posibilidad de pernoctar; se ubicaban en los cruces de las vías principales, llegando en bastantes casos a convertirse en pueblos y ciudades.
En el artículo XVIII del tomo II de “Crónica de la Provincia de Albacete” (J. Roa Erostarbe, 1894) se afirma que en los alrededores de la villa de Valdeganga existe cierto paraje que conserva ruinas de la antigua ciudad denominada Vallislonga, en la que, según el itinerario de Antonino, hallábase la Sexta Mansión del camino romano que desde Fuanllana se dirigía a Caesar-Augusta (Zaragoza), por lo que se cree que se ha conservado junto a la población un puente sobre el río Júcar, de origen romano verosímilmente, de un solo claro de 6m. de luz, sustentado con manchones de sillería de unos 8 m. de altura,...
El canónigo Juan Lozano entiende “Vallis Longa” como el primitivo y verdadero nombre antiguo de esta villa, corrompido en tiempos de Antonino como Vallelonga, y después cam-biando la l por la g, da lugar a su nombre actual. En 1900 años de antigüedad fija Lozano la fundación de esta Sexta Mansión. (Teniendo en cuenta que lo escribió en 1799, su origen sería del siglo I a. de C.). A continuación, relata la población:
Valdeganga: 1.771 almas.
Molino de Moranchel (harinero): 28.
Los Yesares (caserío): 81.
Molino:16.
Puente Torres: 31.
Casa del Monte (de labor): 15.
Diseminados: 52.
La segunda teoría, menos aceptada por los historiadores (no por ello menos valiosa), pero más conocida por los naturales del pueblo, es que el nombre procede de Valle de Gangas (Val de gangas), bastante justificada si se tiene en cuenta que las gangas son unas aves parecidas a las palomas (de forma y tamaño como la perdiz, de carne más dura y menos sabrosa, robustas, de pata cortas, con dedos cubiertos de pluma, alas y cola largas y puntiagudas, de plu-maje pardo amarillento en el dorso y blanco en el vientre, de 30 a 35 cm. de longitud), comunes en la tierras de Albacete, aunque ahora son menos numerosas.
Hay varios tipos de gangas: Bicinta, Coronada, de Cara Negra, de Garganta Amarilla, Tibetana, Goteada, Malgache, Hindú, Ortega, Ibérica, ... La mayor parte de ellas se encuentran en Asia y África, con una pequeña representación en la Península Ibérica. En todas predomina el pardo claro entre el colorido del plumaje, porque es un camuflaje muy efectivo para las zona semiáridas donde viven. Los bandos en vuelo se confunden con las palomas y emiten un sonoro chillido en tono alto, aunque en tierra son silenciosas.
La Ganga Ibérica (Pteracles alchata), es típica de España, al igual que la Ortega; se alimenta de semillas, hierbas, granos de cereales, ... Beben regularmente al menos una vez al día. Realizan la puesta de huevos en el suelo (2 ó 3) entre abril y junio, sin construir nido, depositándolos en un hueco natural al lado de una mata o arbusto. La hembra incuba de día durante 10 horas y el macho 14 horas, desde el anochecer. A las tres semanas los polluelos ya están emplumados y realizan cortos vuelos acompañando a los adultos. Los machos son rápidos en los vuelos (60-65 km./h) y permanecen bebiendo menos de medio minuto. En 51 parejas estudiadas se ha observado que los machos frotan contra el suelo sus pechos hasta que las plumas quedan cruzadas, entrando después en el agua y mojándolas bien para volver inmediatamente hasta los polluelos; éstos acuden y sorben el agua que queda entre las plumas, picoteando entre ellas como si mamasen durante 2 ó 3 minutos. Esta peculiar y curiosa forma de dar de beber hace que recorran a veces grandes distancias hasta los bebederos (40 km.); un macho puede almacenar y transportar en las plumas del pecho de 25 a 40 mililitros de agua y dar a los polluelos no menos de 10 a 18 después de 30 km. de recorrido (lo hacen en las primeras horas de la mañana cuando es mínima la evaporación). En ocasiones, cuando el macho ha muerto o es herido, las hembras son capaces también de realizar el transporte.
Según muestreos que se realizaron en 1996, en la provincia de Albacete hay 3660 gangas, cuando en toda España son casi 13.000. En Europa están consideradas “en peligro”. Las causas de su disminución son principalmente la labores agrícolas y el regadío, así como la expansión de los usos urbanos e industriales. El hábitat preferido es donde abundan leguminosas (terrenos secos y clima frío), siendo perjudiciales los bosques y la siembra. En el punto de observación Albacete-Casas de Juan Núñez el IKA (índice kilométrico de abundancia) es de 0´61 aves/km. Lo que sí está claro es que las gangas en estas tierras abundaban hace mucho tiempo, antes de que entrasen en funcionamiento las causas de su reducción que hemos apuntado.
Por todo lo expuesto, esta segunda teoría acerca del origen del nombre del pueblo no es disparatada en absoluto; basta imaginar tiempos pasados en los que abundaban las gangas por la llanura que atraviesa el Júcar, con lo que volarían hasta el río para beber y llevar agua a sus polluelos. Llamarle “Valle de Gangas” sería acertado. Además, existe otro pueblo con el mismo nombre en la provincia de Cuenca, también en la ribera del Júcar y con parecido entorno; para distinguirlo del nuestro, en los mapas y atlas le llaman Valdeganga de Cuenca, ahora con sólo 140 habitantes; ello aumenta las posibilidades de que el nombre de las aves sea el origen del toponímico de ambas localidades. Otro dato muy significativo que avala esta segunda teoría es el siguiente: cerca de la localidad de Valdeganga de Cuenca existe otro pueblo llamado Tórtola (parece que ambos nombres se han fundido y se llaman conjuntamente Valdetórtola), con lo que un pueblo cercano a Valdeganga se conoce por el nombre de un ave que era muy abundante en su término, como es la tórtola; entonces, no es de extrañar llamar Ganga o Gangas a los dos. Lo que sí sería raro es que los romanos fundaran dos Mansiones con el mismo nombre, y más aún que las dos estén en Hispania y tan cercanas. Por otro lado, suponiendo que hubiesen fundado una, origen del toponímico, no es normal que fuese copiado por otra comunidad.
El que cualquiera de las dos teorías pueda ser verdadera, incluso las dos, o ninguna, no es lo más importante, pero sí lo es que sepamos algo de nuestros antepasados, de nuestros orígenes. Sin tener demasiada imaginación, se puede pensar así: hace miles de años que el río Júcar hace su recorrido por estos lugares y que, con toda probabilidad, atraería a distintos pobladores con su agua y su vega, que construirían sus viviendas junto a sus riberas. Como sus enormes crecidas destruían sus márgenes con demasiada frecuencia, no es de extrañar que los núcleos de población se trasladasen a sitio seguro; así se explica la situación de Valdeganga, en lo alto de la orilla izquierda... y el que otros estén diseminados, ribera arriba o hacia abajo, como Puente Torres. Es seguro que se dedicarían al pastoreo en el llano y a cultivar la vega, incluso antes de la época romana. Que después los romanos cruzasen el Júcar por sus cercanías con una calzada más o menos importante,... es posible; que se hiciese cruce importante en la zona y aumentase la población, ... también es posible. Pero la verdad es que no se ha encontrado ni una sola prueba evidente para concluir que haya ocurrido de un modo o de otro.
La noticia del hallazgo de huellas romanas en Valdeganga en el año 2.000 no aporta datos suficientes que defiendan la primera de las opciones que hemos presentado porque las estelas funerarias se colocaban a lo largo de las vías y calzadas romanas, con lo que no tienen por qué ser de un vecino antiguo de la localidad.
Transcribo la carta en la que se comunica el descubrimiento:
“El Ayuntamiento en sesión de Pleno de fecha 31 de agosto de 2000, aceptó la donación que hace D.V.F.A.N. (*) de un bloque de piedra con la siguiente inscripción: “CORNELIUS FIRMUS HIC SIT AN...”, la cual fue encontrada en una de las huertas del término municipal de Valdeganga. Se trata, según algunos, de una stela funeraria y según otros, de un hito que marcaba o señalizaba el propietario de unos terrenos, pero que en todo caso deja constancia de la existencia de un habitante de Valdeganga que se llamaba Cornelio Firmus (**), que formó parte, en un momento del devenir de este municipio, que es el más antiguo de sus ancestros y que por todo ello considera debe ser recordado. Que bien por la impor-tancia que puede tener para este pueblo el conocimiento de sus orígenes o por el simple hecho de intentar contribuir en lo posible a resaltar su pasado, el que suscribe ha considerado oportuno hacer donación del citado monolito al municipio de Valdeganga, por considerar que resulta el más digno depositario. La citada donación queda condicionada a que la stela funeraria se coloque dentro de la Casa Conssistorial, en un lugar visible y protegida mediante un cristal que evite sea dañada; que así mismo se de el nombre de una vía pública CORNELIUS FIRMUS, por considerar que su memoria debe ser recordada”. D.V.F.A.N.
(*) La piedra no se encuentra aún en el Ayuntamiento, sino en la casa de D.V.F.A.N.(**) No es cierto que la stela deje constancia de la existencia de un habitante de Valdeganga (lo más seguro es que sea el recuerdo de alguien que murió cerca, en el mejor de los casos); si hubiese certeza de haber un habitante romano en el pueblo, es que habría habido allí al menos una pequeña colo-nia, quedando restos de ello,... lo cual es improbable. Además, la palabra FIRMUS es “afirma, confirma, asevera”, y la palabra HIC indica “aquí”, en este lugar, mientras que AN... es la inicial de “año”. Por consiguiente, FIRMUS no es un apellido.
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